Transformando mis conflictos en soluciones

Siempre vamos a enfrentarnos ante diferentes problemas y según nuestra historia de vida vamos a tener más o menos habilidades para hacerle frente.

¿De qué depende nuestra reacción al enfrentar un problema? Existen varios factores entre los que puedo mencionar:

1. Lo aprendido. Según las personas con las que nos criamos, así aprendemos cómo resolver las situaciones, o caso contrario nos alejamos de ese camino y buscamos las propias porque no deseamos seguir repitiendo las mismas acciones. Recordemos que como seres humanos lo aprendido se puede desaprender, así que ante nuevos desafíos y cambios en nuestra vida, podemos seguir usando las mismas herramientas o buscar nuevas alternativas. No somos estáticos, nos enrumbamos ante un constante cambio.

2. Capacidad de cambio, de poder dar otros pasos. De vencer las emociones que nos paralizan, como es el caso del miedo.

3. Información variada que tengamos, para así poder tener diferentes visiones, alternativas al cambio, porque si seguimos las misma ruta los resultados seguirán siendo los mismos.

4. Apertura y disponibilidad al cambio. Al tener esta actitud podremos abrir nuevas puertas que nos van a ayudar a salir de la situación en la que nos encontramos.

5. Apoyo. Definitivamente si el apoyo con el que contamos es positivo, de buenas recomendaciones, este factor se convertirá en un elemento fuerte de empuje.

Y bueno ... esas son tan sólo algunos de los elementos que contribuyen a explicar nuestras reacciones ante los problemas. Muy bien ... , pero ¿qué hay acerca de cómo enfrentarlos? Algunas pautas básicas.

Hacer frente al problema, huir, negar, evadir no es una solución, esas acciones lo empeorarán. Hacerlo en el momento en que emocionalmente las partes involucradas estén dispuestas a escuchar, negociar y ejercer cambios. Sí solamente una parte tiene la disponibilidad, el conflicto en el plano interpersonal no se resolverá, por lo que la única alternativa sería que usted busque cómo adaptarse a la situación, sin someterse a un ambiente violento.

Considerar en todo momento la escucha de las necesidades de las partes involucradas, sin dejar de lado las suyas. Encontrar un punto medio en donde los involucrados cedan y ganen, se trata de un "ganar-perder", en el mejor de los casos.

Procure no tomárselo personalmente. No pierda de vista que es el problema lo que va a resolver, no a las otras personas involucradas. No pierda de vista que la meta es adaptarse a esa situación, hacerlo desde lo que USTED puede aportar. Si espera que la resolución dependa solamente del otro, no va a funcionar.

Si las otras personas involucradas en el conflicto responden con violencia, deténgase, retírese, porque de responder con agresión, este aumentará y el conflicto no será resuelto.

Y recuerde no siempre es sencillo, cada situación es un desafío. Busque ayuda cuando lo necesite. Es de seres humanos buscar ayuda, esto facilita la resolución del conflicto.

MPsc. Laura Herrera Campos