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  • Foto del escritorLaura Herrera Campos

Salud mental

Actualizado: 24 jul 2020

Con frecuencia, hemos escuchado el término de la Salud Mental, y la pregunta es, ¿cuál es su concepto? Hace unos años, se marcaba una diferencia entre lo que era la Salud Mental y la Salud Física, como si ambas estuvieran desligadas, pero ahora sabemos que hay una interrelación entre lo que sentimos, pensamos, actuamos y el efecto que esto tiene en nuestro cuerpo y estado emocional, por lo que es mejor usar el término de Salud Integral o inclusive Salud Emocional. No podemos pensar en los seres humanos, como si fueran la suma de partes, sino como un todo, en donde nuestras emociones van a influir en nuestros pensamientos y viceversa, y estas, las emociones y pensamientos, en cómo nos vamos a comportar, dándose una cadena entre estos tres elementos: sentimientos-creencias-conducta. Sin importar el orden, es un efecto en cadena, habiendo una multicausalidad en nuestros procesos de salud - enfermedad.


Entonces en cuanto a las emociones, estas pueden ser beneficiosas (positivas) o perjudiciales (negativas), lo importante es saber identificarlas, así como sus causas, si son factores internos (lo que pensamos, sentimos de lo que pasa en nuestro mundo interno, sea del pasado o presente o de las angustias de lo que sucederá en el futuro), o si responde a lo que sucede a nuestro alrededor, cambios en las relaciones interpersonales, estabilidad financiera, cambios de casa, trabajo; pérdidas en nuestra salud y cualquier otro factor que nos afecte. Siempre vamos a tener aspectos internos y/o externos que hacen que nuestro estado de ánimo sea cambiante. Identificarlos es el primer paso y el siguiente buscar las estrategias para afrontar la situación de la mejor forma, para lo que cada quien desde su experiencia de vida puede tener un repertorio de lo que sí ha funcionado y en otros casos, como seres humanos que somos, no podemos resolver todo, en cuyo caso , lo importante es hablar de lo que sentimos y buscar apoyo con personas que nos ayuden a sentirnos mejor, sea personas allegadas o profesionales capacitados.


Pensamientos o creencias, estos pueden ser racionales o irracionales. Las primeras son las que justifican nuestro pensar, por las circunstancias reales existentes. Por ejemplo, estar asustados ante un despido laboral, es de esperarse estar preocupado, ansiosos, pero pensar que somos un fracaso rotundo por haber sido despedidos, es una exageración y generalización ante un evento aislado. Estos pensamientos irracionales abren el portillo a una serie de emociones negativas, como angustia, ansiedad, estrés y hasta depresión, que nos inmoviliza en tomar decisiones, como buscar trabajo, re - pensar e identificar qué sucedió en ese motivo de cese de funciones laborales, para mejorar, por lo que es necesario combatirlos con argumentos reales y con fundamento, hacer un alto en el camino, cambiar esas ideas, buscando soluciones para no quedarnos encerrados en un círculo vicioso.


Y en cuanto a las conductas, estas pueden fluir o estancarse en función de lo que sentimos y pensamos, pero además va a depender del "saco de herramientas" que hayamos desarrollado en la vida, llamadas en psicología como recursos personales o estrategias de afrontamiento. Se refiere a la capacidad de hacer frente a eventos adversos. Todo ser humano es capaz de aprender nuevas formas y des- aprender lo que no nos está funcionando. Es importante romper con esquemas que nos perjudican y buscar nuevas alternativas que disminuyan nuestras molestias y enrumbarnos a estilos de vida saludables. En ocasiones somos conscientes de nuestros malos hábitos y en otros momentos es más fácil no mirar, porque el trabajo de cambiar es más complicado. Es precisamente la ciencia psicológica la que nos ayuda a generar estos cambios en nuestras vidas.


Ejemplo de la interrelación de las emociones - pensamientos - conductas. Una persona que recibe un diagnóstico de una enfermedad crónica a quien le generan temores, estrés y un sin número de preocupaciones. Estas emociones hace que pierda el apetito y las ganas de vivir, lo que hace que su sistema inmunológico se debilite y se agrava su estado físico, además de cómo se siente y por supuesto que disminuye radicalmente el deseo de hacer actividades en su diario vivir; dándose de esta forma una interrelación en estos tres aspectos. Cómo se podría trabajar esta situación? Trabajar con las emociones de la persona, que logre expresar sus emociones, validar sus emociones, no minimizarlas ni desvalidarlas, además de usar técnicas para poder expresarlas e identificar las que son racionales e irracionales y trabajar con estas. Esto podría cambiar su estado de ánimo y darle ganas de hacer cosas. Además de trabajar con estilos de vida saludables: alimentación sana, actividad física, recreación, fuentes de apoyo y espiritualidad, aspectos que le ayudarían a fortalecer su estado fisiológico, salud física y por supuesto la emocional. Ese es un breve y simple ejemplo de cómo se podría trabajar de forma integral.


Entonces la salud emocional o mal llamada salud mental está integrada con lo que la vida nos ha definido a los seres humanos, por lo que los abordajes son desde diferentes componentes, no existen recetas. Cada situación se analiza, y se decide con cuál elemento trabajar primero, para que este surta efecto en las demás áreas de la vida de la persona, como cuando se juega con la piezas de ajedrez, que al colocarlas en fila y golpear la primera se trastocan las demás.




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